Caras y Caretas: un compromiso con el humor

El histórico teatro, ubicado en corrientes 1518, reabrió sus puertas en el pasado mes de setiembre, convirtiéndose en otro de los espacios culturales recuperados. Siendo uno de los pocos teatros independientes de la ciudad, el tradicional lugar forma parte de la historia cultural rosarina.

Abrió sus puertas por primera vez en 1973 para el estreno de “Mientrasaiga”, obra dirigida por Mirko Buchín, quien junto a Héctor Ansaldi, creador del lugar, impulsaron desde los comienzos el emprendimiento.

Atravesado por una época difícil en la historia nacional, logró sobreponerse a los intentos de censura y mantener en acto su actividad teatral hasta que las normas municipales, incrementadas luego de la tragedia de Cromagnon, impidieron su continuidad en el 2003. A esto se sumó el granizo en el año 2006 que deterioró gran parte del establecimiento.

Sin embargo, el compromiso de Ansaldi hizo posible que el sueño de reabrir el teatro fuera un hecho. Así, tras solicitar públicamente la colaboración con el propósito, y gracias a su empeño personal, en setiembre de este año se ofreció la primer función, la cual narraba con humor la historia del teatro y de su característico personaje “Piripincho”.

De esta manera “Caras y Caretas”, junto con el cine “El Cairo” y el “Arteón” , forma parte de la serie de patrimonios artísticos que se reinauguraron en este año, demostrando el interés de la ciudad por conservar esta pieza de la historia.

Funcionando como un café concert, el teatro busca privilegiar las obras cómicas y situarse además como un espacio de formación actoral.

Actualmente, se desarrolla en el lugar una escuela de arte jocoso donde se enseñan técnicas de clown, acrobacias, telas y taichi y la idea es incorporar más actividades artísticas para el año próximo.


Luciana Mangó