El sábado pasado, el ex Redondito de Ricota regresó nuevamente a la ciudad y desató la euforia de los presentes que bailaron, saltaron y aplaudieron a más no poder. La guitarra más afilada, precisa y prolija a la orden de la noche.
Al principio parecía que era una noche tranquila, si bien los fanáticos cantaban y festejaban el reencuentro con el guitarrista, no había demasiado público. De a poco el lugar se empezó a llenar y la gente comenzó a ingresar, aunque el tiempo transcurría y Skay no salía.
Unos cuantos minutos luego de la medianoche, dos horas y media después de lo anunciado (!!!), la pantalla del proyector que ocupaba el centro del escenario se levanta y todo indica que la cosa estaba por arrancar. Para esta altura el público ya estaba por demás de ansioso.
Uno a uno, los Seguidores de la Diosa Kali (así se hacen llamar los compañeros de Skay) tomaron sus puestos y el capitán arriba a su navío entre la algarabía de quienes lo siguen. “Lluvia sobre Bagdad” fue el elegido para dar arranque a lo que sería un show diferente, seguido ahí nomás por “El gólem de Paternal”. La cosa explotó, por el fondo, por los costados, arriba y en el medio del Dixon.
Un show impecable que recorrió los tres discos de la banda haciendo escala en temas que hacía tiempo no se escuchaban en vivo. Como, por ejemplo, cuando se volvió a oír la siempre emocionante melodía de “Entre el cielo y la tierra”. Otro de los puntos altos del show fue cuando la banda tocó otro de los temas del primer disco que tanta ganas de escuchar en vivo teníamos: “La grieta”.
La cosa seguía y seguía con interpretaciones geniales e infaltables como “Los caminos del viento”, “¿Dónde estás?” y “El fantasma del 5to. piso”, entre otros. De la época ricotera, los temas que sonaron fueron “Jijiji” para cerrar el primer set, “Todo un palo” para emocionar una vez más a todos y “El pibe de los astilleros” en uno de los bises finales.
El final estuvo a cargo de “La parka” y luego de la gran reversión de “Bye Bye” para dar cierre a un intenso, potente y caluroso show. Muchos aplausos para la banda al retirarse del escenario. Así, con recitales como estos, el clásico cántico ricotero que dice: “sólo te pido que se vuelvan a juntar”, no tiene demasiado sentido. Skay está en su mejor forma y brilla arriba de las tablas.
Por Martín Ostolaza
2 comentarios:
Ví a Skay en el anfiteatro cuando presentó el primer disco, A través del mar de los Sargazos. En ese momento tenía la actitud necesaria para ir al frente sin el Indio. Si en ese momento ya brillaba, ahora debe encandilar.
(así como están, es la mejor forma)
Es verdad
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